El siguiente proyecto nos plantea la cuestión de la transformación del paisaje, documentando la transformación progresiva pero ineluctable de un paisaje agrícola en paisaje urbano.
Los campos de mi infancia se convierten en testigos y en objeto de dicha transformación. Las presentes imágenes nos sitúan frente a la irreversibilidad del cambio al que, en un mundo en permanente transformación, nos es imposible escapar. También evocan la uniformidad de estos nuevos hábitats que, carentes de signos distintivos, podrían encontrarse en cualquier lugar del mundo. La ausencia de seres humanos en estas imágenes, no premeditada, revela también la erosión del vínculo social a la que los habitantes de estos recientes paisajes urbanos se ven abocados. Asimismo, he querido poner de relieve el contraste entre un lugar a medio camino entre el paisaje rural y el solar abandonado, y un proyecto arquitectónico ostentoso, que ni siquiera ha podido ser finalizado.