TIEMPO
[Del latín tempus] : Sucesión de instantes en los que se desarrollan los cambios de la cosas
17 de marzo de 2020: Francia impone un confinamiento generalizado para intentar contener la pandemia de COVID-19. Los ciudadanos reciben la orden de permanecer en sus domicilios, durante un periodo de tiempo indeterminado.
El parque cierra. La calle se vacía. Los transeúntes escasean. Los aviones desaparecen.
El tiempo parece detenerse.
El tiempo esta ligado a los acontecimientos. Pero para que tenga un sentido es necesario que se produzcan suficientes acontecimientos. Cuando no es así, pierde su sentido porque entonces es posible recorrerlo tanto en un sentido como en otro, hacia adelante o hacia atrás. Es lo que ocurre en física en lo que se conoce como un sistema simple. Un ejemplo de sistema simple es una bola de billar avanzando sobre una superficie horizontal. Si la filmamos y proyectamos el vídeo, es imposible saber si se está proyectando en el sentido en el que se filmó o en el sentido inverso. El tiempo no tiene un sentido claro. Todos los instantes son equivalentes. Lo mismo ocurre cuando chocan dos bolas de billar: también en este caso es imposible determinar el sentido del tiempo. ¿Estamos mirando el vídeo al derecho o al revés?
Sin embargo, el tiempo pasa. Cuando miramos a nuestro alrededor resulta evidente.
En ese caso, ¿cómo es posible que no podamos determinar en qué sentido transcurre el tiempo para una bola de billar, pero sí para el mundo que nos rodea?
Tiene que ver con el concepto de complejidad: el tiempo adquiere un sentido si consideramos un sistema complejo, con mayor número de elementos. Volvamos al billar: si empezamos una partida de billar inglés, lanzando la bola blanca contra todas las otras bolas del triángulo, está muy claro en qué sentido transcurre el tiempo. Al mirar el vídeo, sabremos sin lugar a duda si está siendo proyectado al derecho o al revés. Este fenómeno está estrechamente ligado con la noción de caos: la película proyectada al revés nos mostraría un acontecimiento a todas luces imposible. Ya no es posible invertir el tiempo.
Gaston Bachelard, en su teoría filosófica del tiempo, llega a la misma conclusión que la física en el concepto de sistema simple versus sistema complejo. La duración es un efecto de perspectiva. Es una construcción compleja, mientras que el instante responde a nuestra concepción inmediata del tiempo. En ausencia de construcción compleja, la noción de tiempo deja de tener significado.
Cuando comenzó el confinamiento, el tiempo se detuvo, dejó de tener significado. Nuestras vidas, habitualmente llenas de acontecimientos que marcaban el paso del tiempo, se detuvieron. Cada día era semejante al anterior.
Luego, sutilmente, el tiempo reapareció. Su transcurso comenzó a manifestarse en detalles que hasta entonces se nos escapaban, sumidos en el bullicio de los acontecimientos cotidianos. Igual que el sonido de una gota de agua cayendo de un grifo que pierde es imperceptible durante el día, pero se vuelve evidente en el silencio de la noche, los eventos más ínfimos del día a día, ignorados hasta entonces, toman cuerpo y comienzan a tejer de nuevo la trama del tiempo.
El proyecto completo se encuentra en este enlace tiempo.